viernes, 14 de mayo de 2010

Dante

Lo veo siempre solo, quedándose en las cosas largamente para trazarlas en su memoria - que olvida fácil -. Está bendecido por el olvido, por la gracia de carecer de nombres para las cosas.

Nosotros, los que ya tenemos una imagen tallada, compartimos sus risas sin entenderlas, atendemos sus llantos buscándole razones mas allá de la simpleza con la que Dante debe sentir, vamos de un lado a otro en su desfile de figuras para quedarnos en él y podamos, entonces, ser eternos, abandonar nuestros nombres, ser solo sensaciones en el alma absoluta de nuestro hijo.

Debe ser que es tanto su fuego que no deja de ser tentación y libertad. yo lo suelo dormir en mis brazos, Jazz lo hace en su regazo, pero cuando él es quien nos arrulla o nos hace elevarnos solo con sus intentos de palabras - que solo son suspiros o gritos - o sus intentos de alquimia - que solo son risas y carcajadas - nos bendice, nos salva para siempre.

Faltaría solamente decir que el amor que tengo por él y jazz es también nuevo y eterno.

1 comentario:

Colectivo Cultural y Poético Sombrilla dijo...

realmente maravilloso .. q bonito ver tan agradable familia