viernes, 25 de septiembre de 2009

CONJURO PARA MI HIJO, MI JAZZ , PARA MI Y LOS DEMÁS

Eso hace mucho, hijo mío, hemos conjurado el miedo!. Que lo sepa el acechador, el enemigo, el cuchillo, la esquina que no quería cruzar, las puertas abiertas, la oscuridad, las sombras, esos vecinos de allá, los curas, los profesores - no los maestros -, el espejo, la espera, la soledad, el cansancio, los jefes, las jefaturas, los abogados, las leyes, la ciudad, los periodicos que dicen que todo va mal, los noticieros que dicen lo mismo, la que me señala, el que me señala, los rumores, las instituciones, los burócratas, los vendedores a plazo, los vendedores por catálogo, las feministas que confundieron el género y ahora son el nuevo dogma, la moral, los moralistas, la nueva era, el modernismo...

jueves, 24 de septiembre de 2009

ES SIMPLE: I LOVE JAZZ... MIN



Escucho a Thelonious monk, el viejo en su viejo piano. Blue Monk, la canción de las caminatas a blanco y negro. los dedos marchitos de Thelonius tocan las teclas luego de haber sostenido el cigarro mas largo de la vida, de haber calado el gorro de lana en la cabeza que sabe de memoria las tonadas a las que llega juguetón el sax de Charlie Rouse, y empiezan a lanzarse agua el uno al otro, empiezan a construir castillos de una arena que han cernido mil veces antes, el sax y el piano suben los pisos de los castillos por escalinatas de oro, frente a espejos gigantes. Luego juegan a las escondidas, entre las buhardillas el piano se esconde y camina para huir del asecho del sax, pero como es juguetón desde lejos lo llama, lo llama: hey hey hey! pero el sax no lo ve el sigue contando quizá hasta mil pegado a la pared, escuchando para saber si subir o bajar.

Se escucha el viento perfectisimo, el reloj de péndulo que va y viene en cuatro cuerdas: el sax ha empezado a buscar, camina unos pasos largos, vuelve la mirada, hay tensión se miran pero hacen como si nada, marchan, el reloj se ha callado y ahora el viento revolotea en las ventanas, en la madera, y de pronto el piano no resiste y salta, carcajea el sax, se rie el piano y se abrazan, ya será otro día, otro día azul urdido por el viejo en su viejo piano.

Todo esto me ha echo pensar en ella, en jazz, mi niña, mi monstruo, mi laguna, mi castillo, mi reloj, mi viento, mi grito, que tiene escondido a Dante hasta otro día azul en que escuchemos jazz juntos y riamos.

PENSAMIENTOS ANTES DE UN POEMA

01. Las nubes son la mentira de este cielo que promete diluvios, el cielo es polvo azul, seco cada vez mas por ese otro embustero rubio que antes sabía ser infantil y hoy se sienta en su sillón a resplandecer sobre los techos.

02. Ahora bien, a veces llueve, me dirán, pero no es la lluvia actual un síntoma triste de la agonía? No es miedo? Acaso cuando llueve los pájaros cantan sobre los árboles? Ahora esa briza es ascendente y negra, es humo y hollín de las bocas cegajosas de los autos que tiznan mi casa y la han vuelto oscura. Entonces la lluvia, la pobre lluvia, trae consigo la otra vida que cae con nostalgia para recuperar un poco la ciudad en el espejismo de sus gotas. La lluvia cree caer sobre árboles, pienso ahora que debería escribir sobre Larkin.

03. Siento las casas encima de mí. Ahogado por las grandes casas, por que toda casa es grande cuando se es un hombre.

04. Santiago ha cambiado tanto, lo supe este sábado cuando en medio de un sol hermoso los niños se agruparon dentro de sus casas y ninguno salió a jugar con sus balones, ni con sus secretos, ni con sus fantasmas, ni con sus altas sonrisas que son flores que después de todo salvan la sequía, pero quedaban pocas personas y a la mitad de ellas les tuve miedo. ¿cómo no tener miedo de personas que parecen haber crecido tanto que se olvidaron de…?. Luego miré la vieja casa donde crecí, que fue destruida, miré mi niñez en donde caben hoy veinte autos, una caseta de vigilancia y un perro, esa es entonces mi infancia, eso es lo que dejaron al final. Y claro ahora que lo pienso detenidamente por que esto que he escrito es a la vez nuevo para mi, la infancia que tengo de ese momento se terminó para mi ese sábado y comprendí que eso que me causaba nostalgia podía olvidarse, entonces dejé para mi también los veinte autos (las fresas, los árboles de capulí, la maderera, el snoopy en tiempo de gripa, el golpe en la nariz de Camilo, el trompo de colores, la grabadora en la que bailé, mi madre, mi padre, mi abuela, Ángela, los helados, el Paco, el balón de micro, el cabello largo que mi madre no sabía como peinar y que no podía mandar a cortar, John, Alejandra, las revistas de la abuela que leía para no ver tele, la tele que veía para no oír a mis padres, los guayos de futbol, el camino a la escuela, mis primos) el perro y la caseta de vigilancia.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

De como no se puede...

Querido Dante.

He pensado que a veces el peso de...
es labrado también por...
si acaso, tu hijo puedes...
que sea por nosotros para...
.
Así, salta eternamente el...
para que no falle nuestra...
Así, cumple la memoria en...
para que no termine la...

Arriba, en los viejos balcones la brisa...
y desciende para ser solo...
cómo extraño que venga el...
y juntos celebrar esa tarde en que...
pensando eternamente en vos.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

El sol




Hijo, hace dos días el libro de Baudelaire "las flores del mal" resplandeció en la biblioteca de nuestra casa, me llamó y lo volví a leer - algunos poemas - en mi forma particular de leer que es irregular e inconstante, sin embargo descubrí que él y su luz no es nada inconstante y que ese resplandor en medio de la biblioteca era realmente el sol conspirando un alba dentro mío.

EL SOL - Charles Baudelaire

Por la vieja barriada, donde, de las casuchas
Las persianas ocultan las lujurias secretas
Cuando el astro cruel furiosamente hiere
La ciudad y los campos, los techos y sembrados,
Quisiera ejercitarme en mi esgrima fantástica
Husmeando en los rincones azares de la rima,
Tropezando en las sílabas, como en el empedrado,
Acaso hallando versos que hace tiempo soñé.

Ese padre nutricio, que huye de las clorosis,
En los campos despierta los versos y las rosas;
Logra que se evaporen hacia el éter las penas
Saturando de miel cerebros y colmenas.
Es el quien borra años al que lleva muletas
Y le torna festivo como las bellas mozas,
Y a las mieses ordena madurar y crecer
En la inmortal entraña que desea florecer.

Cuando, como un poeta, desciende a las ciudades,
Ennoblece la suerte de las cosas mas viles,
Y penetra cual rey, sin séquito ni pompa,
Tanto en las casas regias como en los hospitales.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Para jazz

Intensidad

En las arduas colinas
ha cesado la lluvia,
las hermanas duermen
la siesta de la tarde,
el ramal crea las sombras,
cruza leve la luz
y se detiene a ofrecernos
con la intensidad de un milagro
el nítido fulgor del metal
engastado en el lomo
del escarabajo.
J.

Como te describiría...

El pequeño que lanzó el infinito a un cuarto y quiso encerrarlo para siempre, el pequeño que llenó de azar sus bolsillos para desocuparlos una noche de aburrimiento, ojalá en el mar, ojala en la noche, ojala en las hojas de un árbol sempiterno.

El pequeño que busca, busca, busca, eco de su voz gigante en paisajes diminutos, en su casa que es como la luna si se lo ve desde afuera y como el mar si se estuviera dentro. El pequeño que será por un largo tiempo el niño mas hermoso de su casa.

Te espero tanto Dante, con las manos vacías, con los sueños repletos, te espero. te amo y amo a tu madre.