jueves, 25 de septiembre de 2008





Eran las cuatro de la mañana hijo mio, las cuatro y tu padre salió de nuestro hogar... no te asustes era solo que salia de viaje, el trabajo que lo llamaba a Visitar lugares ya conocidos, lugares melcochudos por el calor, pegajosos y cansados, lugares en los que sé, piensa en ti y en mí a diario, con increíbles ganas de volver.

Hoy desde las cuatro de la mañana yo no pude dormir, me hacía falta su calor, su cuerpo, la palabra, el abrazo, la mirada... el mismo sueño, nuestro sueño. Pero nunca el amor.

desde las cuatro y un rato cuando encendí la tv para verlo desde las cámaras de nuestro hogar, del edificio, lo vi apenas subirse al auto y desaparecerse en la madrugada a toda prisa, desde ese momento me colgué ala caricia del tiempo y a imágenes de una o dos películas que llegaron por el zapping.


Hijo mío es temprano aun, pero el tiempo es tan largo, tan frío y duro, extraño a tu padre, dulcemente lo espero.

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