jueves, 24 de septiembre de 2009

ES SIMPLE: I LOVE JAZZ... MIN



Escucho a Thelonious monk, el viejo en su viejo piano. Blue Monk, la canción de las caminatas a blanco y negro. los dedos marchitos de Thelonius tocan las teclas luego de haber sostenido el cigarro mas largo de la vida, de haber calado el gorro de lana en la cabeza que sabe de memoria las tonadas a las que llega juguetón el sax de Charlie Rouse, y empiezan a lanzarse agua el uno al otro, empiezan a construir castillos de una arena que han cernido mil veces antes, el sax y el piano suben los pisos de los castillos por escalinatas de oro, frente a espejos gigantes. Luego juegan a las escondidas, entre las buhardillas el piano se esconde y camina para huir del asecho del sax, pero como es juguetón desde lejos lo llama, lo llama: hey hey hey! pero el sax no lo ve el sigue contando quizá hasta mil pegado a la pared, escuchando para saber si subir o bajar.

Se escucha el viento perfectisimo, el reloj de péndulo que va y viene en cuatro cuerdas: el sax ha empezado a buscar, camina unos pasos largos, vuelve la mirada, hay tensión se miran pero hacen como si nada, marchan, el reloj se ha callado y ahora el viento revolotea en las ventanas, en la madera, y de pronto el piano no resiste y salta, carcajea el sax, se rie el piano y se abrazan, ya será otro día, otro día azul urdido por el viejo en su viejo piano.

Todo esto me ha echo pensar en ella, en jazz, mi niña, mi monstruo, mi laguna, mi castillo, mi reloj, mi viento, mi grito, que tiene escondido a Dante hasta otro día azul en que escuchemos jazz juntos y riamos.

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