jueves, 24 de septiembre de 2009

PENSAMIENTOS ANTES DE UN POEMA

01. Las nubes son la mentira de este cielo que promete diluvios, el cielo es polvo azul, seco cada vez mas por ese otro embustero rubio que antes sabía ser infantil y hoy se sienta en su sillón a resplandecer sobre los techos.

02. Ahora bien, a veces llueve, me dirán, pero no es la lluvia actual un síntoma triste de la agonía? No es miedo? Acaso cuando llueve los pájaros cantan sobre los árboles? Ahora esa briza es ascendente y negra, es humo y hollín de las bocas cegajosas de los autos que tiznan mi casa y la han vuelto oscura. Entonces la lluvia, la pobre lluvia, trae consigo la otra vida que cae con nostalgia para recuperar un poco la ciudad en el espejismo de sus gotas. La lluvia cree caer sobre árboles, pienso ahora que debería escribir sobre Larkin.

03. Siento las casas encima de mí. Ahogado por las grandes casas, por que toda casa es grande cuando se es un hombre.

04. Santiago ha cambiado tanto, lo supe este sábado cuando en medio de un sol hermoso los niños se agruparon dentro de sus casas y ninguno salió a jugar con sus balones, ni con sus secretos, ni con sus fantasmas, ni con sus altas sonrisas que son flores que después de todo salvan la sequía, pero quedaban pocas personas y a la mitad de ellas les tuve miedo. ¿cómo no tener miedo de personas que parecen haber crecido tanto que se olvidaron de…?. Luego miré la vieja casa donde crecí, que fue destruida, miré mi niñez en donde caben hoy veinte autos, una caseta de vigilancia y un perro, esa es entonces mi infancia, eso es lo que dejaron al final. Y claro ahora que lo pienso detenidamente por que esto que he escrito es a la vez nuevo para mi, la infancia que tengo de ese momento se terminó para mi ese sábado y comprendí que eso que me causaba nostalgia podía olvidarse, entonces dejé para mi también los veinte autos (las fresas, los árboles de capulí, la maderera, el snoopy en tiempo de gripa, el golpe en la nariz de Camilo, el trompo de colores, la grabadora en la que bailé, mi madre, mi padre, mi abuela, Ángela, los helados, el Paco, el balón de micro, el cabello largo que mi madre no sabía como peinar y que no podía mandar a cortar, John, Alejandra, las revistas de la abuela que leía para no ver tele, la tele que veía para no oír a mis padres, los guayos de futbol, el camino a la escuela, mis primos) el perro y la caseta de vigilancia.

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